Opinión

Turismo global: liderazgo técnico, humano y con propósito

Eduardo Chaillo

En un momento en que el turismo mundial busca reencontrarse con su propósito —más allá de los números, los récords de visitantes o las campañas aspiracionales—, la muy probable elección de una mujer latinoamericana como Secretaria General de ONU Turismo (antes OMT) no es solo una cuestión de equidad de género o representación regional. Es, sobre todo, una oportunidad concreta para poner al frente a alguien con experiencia comprobada y una visión clara del papel que el turismo puede jugar como agente de transformación.

Gloria Guevara no es nueva en esta industria. Su carrera ha recorrido distintos ángulos del sector: desde la operación privada en tecnología aplicada al turismo en América Latina, su paso por la Secretaría de Turismo de México —donde condujo una política pública de amplio alcance—, hasta su liderazgo en el World Travel & Tourism Council (WTTC), representando a una parte significativa del sector privado global. Más recientemente, ha trabajado en temas estratégicos en uno de los países que ha apostado con mayor determinación por el turismo como política de desarrollo: Arabia Saudita. Esa combinación de experiencias le otorga una perspectiva amplia, poco común.

Un punto que conviene subrayar es su comprensión del turismo como punto de encuentro entre sectores productivos, ciencia, cultura y comunidades. Durante su gestión pública, promovió una visión del turismo que trasciende la generación de divisas, entendiendo su potencial como herramienta para el desarrollo territorial y la inclusión. Impulsó la participación de las comunidades anfitrionas, fortaleció alianzas público-privadas y procuró que los beneficios llegaran a más actores del ecosistema. Su mirada integral es uno de sus principales activos.

También ha sido una firme defensora del uso de datos confiables y de la necesidad de contar con métricas claras. Gloria entiende que ya no basta con buenos discursos: hay que demostrar impacto, medir resultados y tomar decisiones informadas. Su atención al componente estadístico ha sido constante, y esto representa una ventaja para una organización internacional que busca recuperar relevancia técnica y política.

Tuve la oportunidad de trabajar con ella en el Gobierno de México. Es exigente —sin matices—y rigurosa. Pero también sabe construir equipos, prestar atención a los detalles y alinear visiones distintas. El Acuerdo Nacional por el Turismo, que logró reunir a múltiples niveles de gobierno, al sector privado, legisladores y sociedad civil en torno a una estrategia común, es muestra de esa capacidad de articulación que tanto necesita ONU Turismo.

Desde mi propia experiencia profesional, no puedo dejar de destacar que Gloria reconoce el papel estratégico de la industria de reuniones como generadora de conocimiento, posicionamiento y desarrollo. Sabe que esta industria no es un complemento del turismo, sino una de sus expresiones más poderosas y con mayor potencial de impacto a largo plazo.

Que una mujer mexicana con este perfil esté hoy entre las candidatas a liderar ONU Turismo es motivo de atención y análisis. Pero más allá de su nacionalidad, lo que realmente importa es que Gloria Guevara puede aportar liderazgo técnico, capacidad de gestión y una visión articuladora que impulse al turismo global hacia un nuevo ciclo, más conectado con sus comunidades, con sus impactos y con su rol en el desarrollo de un mundo más equilibrado.

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