Explorando la tradición y sabor de los chapulines de Oaxaca
En el mundo gastronómico mexicano, los chapulines de Oaxaca se destacan como un manjar prehispánico que ha perdurado en la tradición culinaria, desafiando prejuicios y ganando un lugar especial en la mesa.
Un viaje a través de la historia y el sabor
Los chapulines tienen profundas raíces históricas en México, remontándose a tiempos prehispánicos cuando civilizaciones como los zapotecos, mixtecos y mayas los incluían en su dieta. El nombre proviene del náhuatl, que significa “insecto que brinca como pelota de hule”.
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Pero, ¿cuál es el verdadero sabor de este peculiar manjar? Es una explosión de sabores que incluyen hierbas, chicharrón y camarón, variando según la preparación. La forma más común de disfrutarlos es asándolos en un comal con ajo, chile y sal, creando una crujiente y adictiva botana oaxaqueña.
Oaxaca: cuna de los chapulines
En Oaxaca, estos insectos saltarines son una institución culinaria. Se exhiben en montones, sobre cestas de mimbre, en mercados y puestos callejeros, con precios que oscilan entre los $70 y $100 pesos por kilo. En la capital oaxaqueña, se han convertido en ingredientes indispensables, incorporándose en sopas, tacos, guisados e incluso guacamoles y tlayudas. Representan una herencia gastronómica y cultural que ha trascendido fronteras, convirtiéndose en una tendencia gourmet internacional.
Así que en tu próxima travesía, atrévete a deleitarte con este crujiente manjar junto a los lugareños. Descubre por qué los chapulines oaxaqueños han conquistado el paladar de los foodies, dejando atrás prejuicios y sumergiéndote en una experiencia gastronómica única.