Metallica sacude el Estadio GNP en su regreso a la Ciudad de México
En una noche de intensa emoción y energía, Metallica volvió a encender el Estadio GNP, dejando claro por qué son considerados una de las bandas más influyentes del rock. Con un espectacular escenario de 360 grados y una mezcla de clásicos y nuevos temas, la legendaria agrupación estadounidense cautivó a los 65 mil fanáticos que se dieron cita para presenciar este esperado concierto.
Después de siete años sin una gira mundial y cinco desde que pausaron su tour por la salud de su vocalista, James Hetfield, Metallica regresó a la capital mexicana con su más reciente álbum, 72 Seasons. La ansiedad del público se hizo palpable cuando las luces se apagaron y un estruendo resonó, presagiando el inicio de un show que muchos habían esperado durante años.
Con un estilo audaz, Hetfield, junto a sus compañeros Lars Ulrich, Kirk Hammett y Robert Trujillo, desató la noche con “Creeping Death”. La atmósfera se tornó eléctrica, los fanáticos alzaron los brazos y cantaron al unísono, creando una conexión única con la banda. Los impresionantes juegos de luces, que variaban desde tonos rojos intensos hasta deslumbrantes destellos blancos, mantenían a todos en un estado de pura adrenalina.
La voz de Hetfield, poderosa y melódica, resonaba en cada rincón del estadio, mostrando que, a pesar de sus luchas personales, su talento sigue intacto. “72 Seasons”, el tema que da título a su álbum más reciente, marcó el inicio de una velada que Hetfield describió como una “operación a corazón abierto”, entregando cada nota y cada palabra con pasión.
A lo largo de la noche, los clásicos no se hicieron esperar. Temas como “The Day That Never Comes”, “Nothing Else Matters” y “Master of Puppets” hicieron vibrar a los asistentes, que coreaban cada verso con fervor. El momento culminante llegó cuando Hetfield dedicó unas palabras emotivas a su audiencia: “Amigos hermanos y hermanas, es un placer estar con ustedes en México, simplemente hermoso verlos aquí”.
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La noche se vio acompañada de fuego y pirotecnia, manteniendo el ambiente festivo y enérgico, mientras cada miembro de la banda ofrecía su mejor interpretación. Kirk Hammett, con su inconfundible chaqueta negra y su larga cabellera, entregó un impresionante solo de “Leper Messiah”, mientras el ritmo del bombo de Ulrich marcaba el compás del fervoroso público.
Metallica prometió más sorpresas en su gira, ya que esta fue solo la primera de las cuatro noches programadas en la Ciudad de México. Con un legado inquebrantable y un resurgimiento notable, la banda reafirmó su dominio en la escena musical, dejando a los fanáticos con ansias de más. Sin duda, un regreso que quedará grabado en la memoria colectiva de los seguidores del metal.