El agua se llevó el Día de la Independencia: inundaciones arrasan el corazón de Texas

En vez de fuegos artificiales, este 4 de julio en Texas trajo tormentas. El cielo sobre el Hill Country se rompió en la madrugada, dejando caer una cortina implacable de lluvia que no dio tregua. En cuestión de horas, el río Guadalupe, normalmente sereno y flanqueado por cabañas de verano, se convirtió en una bestia fuera de control. Subió más de ocho metros en menos de una hora, desbordándose con una furia que arrastró casas, vehículos y vidas.
La tragedia golpeó con mayor fuerza en Kerr County, donde al menos 13 personas perdieron la vida, entre ellas niños. El desastre no discriminó: afectó a familias, trabajadores y turistas por igual. Pero fue en Camp Mystic, un conocido campamento de verano para niñas, donde el desastre adquirió un rostro aún más doloroso. Entre 20 y 23 niñas siguen desaparecidas, luego de que el agua se llevara las cabañas en que dormían. Algunas fueron vistas trepando árboles, otras, simplemente, se esfumaron entre la corriente. Las labores de búsqueda continúan con angustia, entre lodo, ramas rotas y silencio.
El gobernador Greg Abbott declaró emergencia estatal. La Guardia Nacional, equipos de búsqueda, drones, helicópteros y voluntarios trabajan sin descanso, mientras los habitantes intentan comprender cómo un día que debía estar lleno de celebraciones se tornó en uno de luto.
Las escenas en las calles de Kerrville y zonas cercanas son desoladoras: autos volcados, líneas eléctricas caídas, familias enteras desplazadas. Muchos fueron evacuados a albergues improvisados en supermercados y escuelas, sin más pertenencias que la ropa empapada que llevaban puesta.
Expertos atribuyen el fenómeno a una combinación letal: la acumulación de humedad residual de la tormenta tropical Barry, sumada a un terreno ya saturado por semanas de lluvias y un sistema climático que intensificó los efectos. El resultado fue una inundación relámpago que superó cualquier pronóstico. No hubo tiempo para alertas; todo ocurrió tan rápido como el agua bajó de las colinas.
Desde los micrófonos de emergencia, el juez del condado lo definió con claridad: “Es un evento de bajas masivas. Muchos cuerpos aún no han sido identificados. Estamos en duelo”.
Mientras tanto, las celebraciones patrias han sido suspendidas en toda la región. No habrá fuegos artificiales esta noche en Texas, solo velas encendidas por los desaparecidos y los muertos. En medio del lodo, los rescatistas aún buscan señales de vida. Y un estado entero espera que al menos una parte del milagro aún sea posible.