Opinión
Tendencia

Rito de Flores

Por: Martha Meza

Nuestra pasada luna se llenó en Sagitario cerrando un ciclo de seis meses en ese escenario de experiencia de nuestra carta natal.

A partir de aquí son dos semanas en las que se nos presentarán situaciones que nos permitirán entender que cuando guiamos, estimulamos o acompañamos a otros en su proceso de aprendizaje podemos comunicar y transmitir ciertos conocimientos, emociones y experiencias, que no implicarán una enseñanza o la comprensión de un saber significativo para las personas a la que nos dirigimos.

Lo mismo sucede si somos nosotros los receptores.

Es conveniente entender que la sabiduría o el saber hacer, a diferencia de la información y el conocimiento acumulado y almacenado en la memoria que podemos compartir, es transmisible pero no es enseñable, porque para ser integrada como cualidad y capacidad de la consciencia, es imprescindible que la persona haga un recorrido o proceso de reflexión, análisis, comprensión y aplicación individual.

Para que un saber se convierta en enseñanza, es necesario partir e involucrarse en el proceso de aprendizaje desde un deseo, una intención o una motivación personal a la que queremos dar respuesta.

Darse cuenta de algo, aprenderlo o hacer propio un saber, es un proceso que necesariamente nos implica como sujetos éticos y pensantes. No se puede fingir ni falsear. La sabiduría se encarna, no se explica ni se enseña. El saber, en sí mismo, no resuelve ni genera crecimiento, el saber hacer sí.

La sabiduría es saber aplicado con un sentido o propósito profundo, más allá de los impulsos egoístas. Es lo que genera expansión universal y libera de los condicionamientos humanos, aportando un carácter sagrado o espiritual a nuestra existencia.

Vivir en conexión con lo sagrado en nosotros es un camino y un recorrido que hay que decidir todos los días. Es un camino de “re-conoci-miento” (o de reconocer que miento) para los que buscan y quieren encontrar liberación, es decir, transmutación de lo denso y limitante en sutil y expansivo.

Si esperas sentirte listo para dar el siguiente paso, podrías esperar toda la vida.
La verdad es que el momento perfecto rara vez se siente perfecto.

A veces, el verdadero acto de valentía es avanzar con todo y el miedo.

Confiar en ti, incluso cuando las dudas susurran lo contrario.

Porque crecer duele, pero quedarte donde no floreces… duele aún más.
Da el paso, aunque tiemble la voz.

Llénate de sabiduría y acepta la sapiencia en ti y en el otro.
El camino se revela al andar.

Que la humildad para reconocernos ignorantes de lo que todavía nos falta aprender nos acompañe.

Artículos Relacionados

Te puede interesar
Close
Back to top button