Tensión en Los Ángeles por redadas migratorias, protestas y respuesta federal escalan el conflicto

La ciudad de Los Ángeles vivió este domingo una nueva jornada de protestas tras los recientes operativos migratorios del ICE, que han provocado una fuerte reacción ciudadana. Las manifestaciones, en las que participaron cientos de personas, se desarrollaron frente al Ayuntamiento y concluyeron frente al edificio federal que alberga la cárcel del ICE, en el centro de la ciudad.
Entre los manifestantes se encontraban familias completas que expresaron su rechazo tanto a las redadas como al despliegue de la Guardia Nacional, ordenado por el presidente Donald Trump. La presencia militar generó un ambiente de tensión, incrementado por la decisión del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) de declarar la protesta como “una asamblea ilegal”, lo que permitió a las autoridades dispersar a la multitud. Durante el operativo se utilizaron gases para despejar la Autopista 101, ocupada por manifestantes durante varias horas.
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En redes sociales, Trump calificó las protestas como “disturbios sin ley” y ordenó a su gabinete tomar “todas las medidas necesarias” para recuperar el control de la ciudad. El presidente anunció, además, que no se permitirá el uso de mascarillas durante las manifestaciones, una medida que ha sido criticada por organizaciones de derechos civiles.
La decisión de desplegar fuerzas federales sin consultar al gobernador Gavin Newsom ha sido considerada sin precedentes en décadas recientes. Newsom y la alcaldesa Karen Bass pidieron a la población ejercer su derecho a manifestarse de forma pacífica.
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“No le den a Trump lo que quiere”, escribió el gobernador, en un llamado a evitar confrontaciones.
La diversidad de los manifestantes, quienes portaban banderas de distintos países, reflejó el carácter plural del condado de Los Ángeles, hogar de una de las mayores comunidades migrantes de Estados Unidos. Según estimaciones locales, cerca de un millón de personas indocumentadas viven en la región, muchas de ellas con años de residencia y vínculos laborales y familiares.
El escenario actual marca un punto crítico en la política migratoria del país, en medio de un ambiente polarizado y bajo una administración federal que ha endurecido su postura frente a la migración. La situación en Los Ángeles sigue en desarrollo, mientras comunidades y autoridades locales buscan vías para proteger los derechos civiles sin escalar aún más el conflicto.