¡Aranceles para todos!
El pasado miércoles 1 de abril el presidente Donald Trump impuso aranceles a la mitad del planeta mediante una orden ejecutiva

Por José Miguel Martínez
El pasado miércoles 1 de abril el presidente Donald Trump impuso aranceles a la mitad del planeta mediante una orden ejecutiva. Dichos impuestos fueron aplicados específicamente a 185 países, incluyendo aliados estadounidenses como Japón, la Unión Europea, Australia e Inglaterra. En el caso de China vale la pena subrayar que se le suma un 34 por ciento al 20 por ciento de arancel preexistente.
A dicha medida se le conoce como “aranceles recíprocos”, refiriéndose a que son una consecuencia de los aranceles que algunos países han impuesto a lo largo de los años a Estados Unidos. Por otro lado, entre los Estados que no recibieron estas sanciones destacan México, Canadá y, sorprendentemente, Rusia.
Las respuestas internacionales no tardaron en llegar. La Unión Europea ha comentado que estas medidas solo arrastran al mundo a una guerra económica. Asimismo, tanto Meloni, primera ministra de Italia, así como el ministro de economía tanto de Francia como de Alemania, comentaron la importancia de que la Unión de Europa se posicionara en contra de un nuevo enemigo en común.
Por su parte, Australia aprovechó la oportunidad para burlarse de Trump, quien impuso un arancel del 10 por ciento a las Islas Heard y McDonald -protectorado australiano-, mismas que cuentan con la módica cantidad de cero habitantes humanos, pues la mayoría son pingüinos.
La respuesta china lógicamente tampoco se ha hecho esperar, pues rápidamente anunciaron aranceles recíprocos para Estados Unidos. Esto ha causado preocupación entre los economistas y los grandes empresarios, quienes pronostican que la cadena de suministros se puede ver fuertemente afectada por esta guerra.
Así, los productos pueden experimentar una inflación del 60 por ciento, según datos del Banco JP Morgan. Aunado a esto, dicha entidad bancaria pronostica que Estados Unidos está cerca de entrar en recesión y que el resto del mundo tiene un 40 por ciento de probabilidades caer en la misma.
Por otro lado, el presidente Trump ha reconocido que los aranceles resultarán muy dolorosos para su compatriotas; sin embargo, sostiene que su población tiene que ser fuerte para poder salir victoriosos de esta guerra. Pide resiliencia y fortaleza para afrontar las difíciles circunstancias que está situación económica causarán.
A manera de protesta, miles de estadounidenses salieron a las calles el sábado con el lema “Hands off” (“Quita las manos”), desafiando las políticas del presidente Trump.
Dichas manifestaciones pacíficas tuvieron lugar en los 50 estados de Estados Unidos, dentro de los que destacan las ciudades de Chicago, Nueva York, Boston y Washington D.C. Además, se vieron protestas en varias capitales alrededor del mundo.
Las incógnitas que estos acontecimientos plantean son varias. Si lo que Trump busca hacer es competir con China, habría que cuestionarse: ¿Qué país está más dividido internamente?, ¿quién tiene mayor dependencia económica internacional?, ¿quién tiene mayor estabilidad política? Al contestar estas preguntas es evidente que Estados Unidos está en una fuerte desventaja frente a su adversario.
Trump está intentando que las empresas empiecen a producir en Estados Unidos sin importarle que los demás países se hundan en el proceso. “Hacer a Estados Unidos grande de nuevo” será una transición no sólo complicada, sino traumática para el pueblo estadounidense. Si lo logra pondrá a Estados Unidos de nuevo a la cabeza del mundo; si falla en su intento puede ser el fin de Estados Unidos y el orden internacional como lo conocemos.
En memoria de Jorge Platón Senderos Romero (mi abuelo).