Brasil exige respeto en el trato a migrantes deportados desde Estados Unidos
El gobierno brasileño ha alzado la voz ante las denuncias de malos tratos a ciudadanos deportados desde Estados Unidos, exigiendo respeto y un trato digno en el cumplimiento de los acuerdos bilaterales.
Una reunión para garantizar los derechos de los deportados
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil convocó al encargado de negocios de la Embajada de Estados Unidos, Gabriel Escobar, para abordar las denuncias presentadas por ciudadanos brasileños deportados el pasado viernes. La secretaria de Comunidades Brasileñas en el Exterior y Asuntos Consulares, Márcia Loureiro, encabezó el encuentro para expresar la preocupación del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva y exigir medidas que garanticen que estos hechos no se repitan.
Según los testimonios de los deportados, el trato recibido durante el vuelo de repatriación fue inhumano, destacando el uso indiscriminado de esposas y cadenas, condiciones inadecuadas a bordo, falta de acceso a alimentos y dificultades para usar los baños. Los pasajeros llegaron a Manaos en un avión fletado por el gobierno estadounidense, y la situación generó tal indignación que el presidente Lula ordenó el traslado de los afectados en un avión militar brasileño para completar su viaje a Belo Horizonte.
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Violaciones a acuerdos bilaterales
La cancillería brasileña calificó de “inaceptable” el uso de esposas y cadenas, señalando que esta práctica va en contra de los términos del acuerdo bilateral firmado en 2017, que estipula un trato digno y humano para los deportados. Durante el vuelo, un aterrizaje de emergencia en Manaos permitió a la Policía Federal de Brasil constatar el uso excesivo de estas medidas, exigiendo su retiro inmediato a los agentes estadounidenses.
Aunque la Embajada de Estados Unidos en Brasil definió la reunión como “técnica”, Loureiro dejó clara la posición del gobierno brasileño: el trato hacia los deportados debe respetar su dignidad y derechos humanos.
Contexto de endurecimiento migratorio en Estados Unidos
Estas denuncias llegan en un contexto de políticas migratorias más estrictas implementadas por la administración de Donald Trump. Con medidas como el uso de aviones militares para deportaciones y la activación de la emergencia nacional en la frontera sur, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) ha intensificado los arrestos de migrantes, procesando órdenes de detención en grandes cantidades. Sin embargo, casi la mitad de los detenidos no tiene antecedentes penales, lo que ha generado críticas hacia estas políticas.
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El presidente Trump ha defendido estas acciones como necesarias para “restaurar el orden” y “garantizar la seguridad nacional”, afirmando que Estados Unidos no tolerará políticas de fronteras abiertas.
Un llamado a la dignidad y el respeto
El caso subraya la importancia de garantizar que los procedimientos migratorios respeten los derechos humanos y acuerdos internacionales. Para Brasil, el incidente no solo afecta a los ciudadanos deportados, sino que plantea un desafío en sus relaciones bilaterales con Estados Unidos. El gobierno de Lula da Silva ha dejado claro que luchará por proteger a sus ciudadanos en cualquier parte del mundo, promoviendo un trato digno y respetuoso en todos los procesos migratorios.
