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Manuel Mijares aprende de tecnología con Lucero

Manuel Mijares se enorgullece de ser un padre presente para sus dos hijos: Lucero, de 19 años, y José Manuel, de 22, en quienes ha intentado fomentar una educación basada en valores, para que ambos aprendan a forjar su propio camino.


“Como papá no me considero ni estricto ni barco, yo cumplo con darles mi opinión de, ‘yo hubiera hecho esto’, pero una vez que ellos ya lo hicieron.


“Mi relación con mis hijos es muy buena, hay mucha confianza y amor desinteresado; son mi prioridad en la vida”, expresa el cantante.


Mijares reconoce que sí llega a ser firme, aunque prefiere compartir momentos de calidad e incluso, aprender de ellos.


“(Lucero) de repente me hace galletitas y esas cosas. Ella lo hace mejor que yo, que soy medio maleta para el asunto. Es muy linda, y como vivimos pared con pared no hay tanto trámite de agarrar coche e ir a otro lado.


“Yo sí les pongo límite de hora, aunque terminen llegando más tarde (risas). En esta familia no se finge ser otra cosa más allá de lo que uno es y el respeto es la base de todo. La nena siempre me pide consejos tipo, ‘¿cómo viste esto, canté bien o mal?'”.


Donde sí llega a haber problema es a la hora de ver alguna película o serie, pues muchas veces padre e hija no logran coincidir en tiempos, él por sus conciertos o giras, y ella, por las funciones de “El Mago” y otros proyectos.


“A mí me gustan los (filmes) policiacos y a ella le gustan otros; de repente estamos a destiempo, pero cuando coincidimos y sale una nueva cinta, platicamos de lo que vimos cada uno”.


El intérprete de “Soldado del amor” destaca lo mucho que le ha inculcado a sus hijos la importancia de la empatía con todo tipo de personas: amigos, familiares, compañeros de trabajo y público. Y él también aprende de ellos, como de su hija, quien le muestra a su padre asuntos de tecnología y redes sociales.


“Ella está metida más en lo que es TikTok y todo eso, yo estoy más hacia Instagram, cuando empiezo a agarrar el teléfono es de: ‘no papá, espérame, se hace esto y esto”.


Ser padre, enfatiza, revolucionó su vida: “Mi vida cambió radicalmente. Cuando no tienes hijos, sólo eres tú, no tienes ningún compromiso con nadie más. Luego te casas y se divide entre dos, pero cuando vienen los hijos estás al 100 diariamente, al pendiente de ellos”.

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