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Eclipse solar 2024: ¿Qué pensaban nuestros antepasados de estos fenómenos?

El próximo 8 de abril, se llevará a cabo el Eclipse Solar 2024, que en esta ocasión México será protagonista por una razón en particular.

De acuerdo con Gregory Schmidt, científico de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), Mazatlán, Sinaloa será el mejor lugar del mundo en poder presenciar el Eclipse Solar del 2024 y afirmó que este suceso “no se repetirá en esta zona hasta dentro de 300 años”.

Por su parte, el director general de la AEM, Salvador Landeros Ayala, explicó que “México estará en los ojos del mundo”, porque el puerto de Mazatlán, Sinaloa, fue elegido por la NASA como el mejor punto geográfico para instalarse y documentar el eclipse total de sol.

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¿Qué pensaban nuestros antepasados de los eclipses?

Julieta Fierro, astronóma de la UNAM, ha destacado la importancia y el respeto que tenían nuestros ancestros hacia los eclipses, un fenómeno que consideraban significativo.

Menciona que el día de la fundación de Tenochtitlán coincidió con un eclipse, evento representado simbólicamente como el águila devorando a una serpiente sobre un nopal.

Según Fierro, esta representación simbolizaba los sacrificios humanos, con el águila como representación del Sol debido a su recorrido en la bóveda celeste.

El eclipse ocurrió en un lugar de sacrificios humanos, lo que llevó a la decisión de fundar Tenochtitlán. La descripción de la piedra fundacional de México mostraba al águila hablando, pero los españoles malinterpretaron la escena como el águila comiendo una serpiente, omitiendo así la serpiente en la representación.

Además, la astrónoma explica las creencias y costumbres que rodeaban a los eclipses para el pueblo mexica.

Las mujeres embarazadas se protegían colocando un pedazo de obsidiana para evitar deformidades en los bebés, y en esos días se realizaban sacrificios de albinos por temor a ciertos nacimientos.

En cuanto a los mayas, tenían la capacidad de predecir eclipses y otros fenómenos astronómicos como los tránsitos de Venus. Sus creencias se plasman en relieves donde se menciona la importancia de estos eventos, mostrando caballeros águilas y otras figuras significativas.

Estos conocimientos ancestrales sobre los fenómenos naturales no solo les ayudaban a entender el presente, sino también a prever eventos futuros a corto y largo plazo.

Eclipse, un mal presagio

Antes de la era moderna, los cometas, los meteoros, los eclipses lunares y solares eran fenómenos temidos por muchas culturas debido a su carácter impredecible.

Según Bradley Schaefer, profesor de astronomía en la Universidad Estatal de Luisiana, en todas las sociedades antiguas estos eventos eran vistos con temor, interpretándolos como presagios de muerte para los líderes o incluso como el fin del mundo.

La palabra “eclipse” proviene de una antigua expresión griega que significa “abandono”, refiriéndose a la desaparición temporal de la luz durante un eclipse solar total cuando la Luna bloquea por completo al Sol.

Esta percepción como un mal augurio era común en muchas culturas, cada una con su propia interpretación del fenómeno, pero todas compartiendo el temor y la sensación de que era una profecía negativa.

Schaefer destaca que hasta principios del siglo XX, todas las culturas en todos los continentes compartían este miedo hacia los eclipses y otros eventos celestiales dramáticos. La visión de algo extraordinario en el cielo se consideraba un mensaje divino o un presagio de acontecimientos catastróficos.

La fascinación y el respeto por el cielo como el dominio de los dioses o héroes, así como la adoración al Sol, eran elementos comunes entre las culturas antiguas.

Incluso en la cristiandad moderna, estos elementos persisten de alguna manera, como en la celebración de los solsticios o en las asociaciones simbólicas con la luz y Jesús.

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