Estados Unidos negocia con México y Guatemala sobre la crisis migratoria en la frontera
Estados Unidos busca contener a toda costa la presión migratoria sobre su frontera con México. El presidente, Joe Biden, planea desplazarse este jueves a Brownsville (Texas) el mismo día en que su probable rival en las presidenciales de noviembre, Donald Trump, acude a otro punto de la frontera, Eagle Pass, también en Texas. Este miércoles será el secretario de Estado, Antony Blinken, el que actúe como anfitrión de una reunión ministerial trilateral sobre migración con Guatemala y México.
“El secretario Blinken dirigirá un debate centrado en las acciones para fortalecer la gestión humana de la migración, la colaboración conjunta para abordar las causas fundamentales de la migración irregular y el desplazamiento, y las formas de ampliar las vías legales en el hemisferio occidental”, indicó este martes el Departamento de Estado a través de un comunicado.
Blinken, que estará acompañado por el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas y otros cargos estadounidenses de diferentes departamentos, recibirá a la secretaria de Relaciones Exteriores de México, Alicia Bárcena, y al canciller de Guatemala, Carlos Martínez, en Washington.
Estados Unidos y México ya han tenido alguna reunión durante este año en la que se han establecido como metas asuntos como homologar las cifras de migración, combatir las redes de contrabando de personas y un plan para abordar la llegada de inmigrantes a través del peligroso Paso del Darién en Panamá.
La política migratoria de Estados Unidos ha tratado bajo el Gobierno de Joe Biden de abordar las causas profundas de la migración, crear rutas legales para los migrantes hacia Estados Unidos y endurecer la ley para quienes infringen las normas, pero esa mezcla no ha funcionado y se han batido récords de llegadas irregulares de inmigrantes al país.
Biden ha intentado desahogar la frontera autorizando permisos a migrantes procedentes de Venezuela, Nicaragua, Haití y Cuba. El Gobierno de Estados Unidos también ha instalado oficinas en Colombia, Guatemala y Costa Rica, donde los interesados en iniciar el viaje a Estados Unidos pueden tramitar sus solicitudes.
Las detenciones por cruces ilegales se redujeron a la mitad en enero, tras los máximos históricos de diciembre. Blinken saludó en enero en su última reunión con Bárcena los “grandes progresos” que se estaban haciendo y el hito que suponía para la colaboración migratoria la investidura en Guatemala del socialdemócrata Bernardo Arévalo. Su llegada al poder permite abrir, en opinión de Blinken, “una importante área nueva de cooperación sobre migración” entre los tres países. “Continuaremos colaborando de manera más amplia para desarrollar soluciones regionales a este desafío histórico que encaramos”, dijo en enero.
El propio Biden llamó a principios de este mes al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, para hablar sobre todo de la frontera. El presidente estadounidense expresó su agradecimiento por el apoyo operativo de México y por la adopción de medidas concretas para disuadir la migración irregular. Ambos reiteraron su compromiso compartido de reforzar nuestros esfuerzos conjuntos para combatir a las organizaciones criminales transnacionales involucradas en el tráfico ilícito de drogas, armas y personas, según el resumen de la llamada que difundió la Casa Blanca.
La inmigración ha desplazado a la economía como el tema estrella de la confrontación política entre republicanos y demócratas. Biden protagoniza este jueves su segunda visita a la frontera como presidente, tras la de El Paso de enero del año pasado. La Casa Blanca anunció el viaje este lunes después de publicarse informaciones sobre la visita de Trump a Eagle Pass de este mismo jueves.
Las presiones de Trump han hecho descarrilar un proyecto de ley que incluía ayuda a Ucrania y a Israel, pero también reformas para frenar la inmigración ilegal en la frontera con México. Las medidas para la frontera eran inicialmente una exigencia republicana para dar luz verde a la ayuda a Ucrania e Israel, pero a la hora de la verdad, han preferido dar un paso atrás y seguir usando el flujo migratorio como arma electoral.
Biden está analizando la posibilidad de aprobar un decreto con algunas medidas para dificultar el paso de inmigrantes o facilitar su expulsión. Entre las medidas que está estudiando el equipo de Biden figura la de invocar las facultades previstas en la Sección 212(f) de la Ley de Inmigración y Nacionalidad, que otorga al presidente un amplio margen de maniobra para bloquear la entrada de determinados inmigrantes si ello fuera “perjudicial” para el interés nacional.