Impulsados por la inversión pública y la recuperación del turismo, Quintana Roo y Oaxaca encabezarán el crecimiento económico este año.
La Dirección de Estudios Económicos de CitiBanamex estimó que la economía mexicana se expandirá 2.2% en 2024, tras avanzar 3.4% el año pasado. Sin embargo, anticipa que 11 entidades marcharán a un ritmo más rápido, destacando Quintana Roo y Oaxaca, donde anticipó que el Producto Interno Bruto (PIB) crecerá 5.1% en ambos casos.
“En los dos estados se observa un crecimiento importante de la construcción derivado de las obras públicas como el Tren Maya, que ya está por concluir, y el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, además de una recuperación de los servicios vinculados con entretenimiento, hospedaje, restaurantes y hoteles”, explicó Guillermina Rodríguez, subdirectora de Estudios Económicos de CitiBanamex.
Paradójicamente, en tercer lugar, aparece Guerrero, donde se espera que el PIB repunte 4.8% este año, luego de caer 2% en 2023.
“Pero no sería sólo el impacto estadístico, sino que todas las inversiones que se están destinando para la recuperación de Guerrero van a tener efectos favorables, eso mismo vimos en menor medida con los huracanes Ingrid y Manuel, pues hay un efecto positivo en términos de reconstrucción en Acapulco que van a impactar positivamente a la economía de la entidad”, señaló.
Le sigue Tabasco, cuyo PIB crecerá 3.1% en 2024, tras un aumento de 6.8% previsto en 2023, donde tiene que ver la industria de la construcción por la refinería de Dos Bocas, cuyo impacto productivo sería menor, proyectó la especialista. “No obstante, la producción petrolera se ha fortalecido, además de que el arranque de la refinería pudiera tener un efecto positivo”.
Efectos del “nearshoring”
CitiBanamex prevé que habrá otros siete estados que mostrarán un crecimiento económico superior a la media nacional. Se trata de San Luis Potosí, con una tasa de 2.9%; Baja California Sur, 2.8%; Baja California, 2.7%; Nuevo León y Aguascalientes, 2.6% en ambos casos; así como Chihuahua y Coahuila, con 2.3%, respectivamente.
Este año habrá una desaceleración de la demanda en Estados Unidos, pero los bienes intermedios, autos y electrónicos pueden comenzar a recuperarse, beneficiando la actividad de algunas entidades que venden mercancías al país vecino, comentó Rodríguez.
Aunque todavía no hay datos duros del “nearshoring”, dijo, puede tener ya un efecto positivo en el dinamismo en el norte y el Bajío.
Baja California, Nuevo León y Chihuahua tienen un tipo de manufacturas que fueron menos afectadas durante la pandemia y que les ha beneficiado, en tanto que el crecimiento de Baja California Sur estaría más ligado al turismo y la construcción.
Los rezagados
A más de tres años de la pandemia, hay tres economías estatales que no han logrado recuperar el nivel que tenían en 2019. Campeche es el caso más evidente, cuya economía se expandirá 1.8% este año y se ubicará todavía 8.3% por debajo de la crisis sanitaria, estimó CitiBanamex.
El agotamiento en los campos petroleros de Cantarell impactó la economía campechana desde antes de la pandemia, aunque recientemente ha tenido cifras favorables en la industria de la construcción, ha sido insuficiente, expuso Rodríguez.
Para el caso de Colima, el Banco Nacional de México previó un crecimiento de 2% este año, pero, aunque se cumpla el escenario, la economía colimense se mantendrá 3.8% por debajo del nivel previo a la pandemia. En este caso, la debilidad de los servicios es lo que ha impedido su recuperación, así como la alta dependencia en la producción de electricidad, gas y agua.
Aunque Coahuila alcanzará este año un crecimiento superior al promedio nacional, será insuficiente para recuperarse de la pandemia, pues su economía depende en gran medida de la industria automotriz y la menor demanda de modelos que se producen en la entidad le ha pegado de manera significativa, hizo ver la experta de CitiBanamex.
Principales retos
El mayor desafío que van a enfrentar las economías estatales durante 2024 será el menor dinamismo del consumo interno, cuyo crecimiento será de 2.2%, estimó Rodríguez.
En el norte y el Bajío la especialista detectó que el mayor reto será contar con mano de obra calificada, cuya carencia puede limitar los efectos positivos del “nearshoring”, lo que vincula con el reto de la oferta que tengan en materia de infraestructura y plantas industriales, que es lo que más se requiere para aprovechar la relocalización de las empresas.
En las entidades del sureste, ahora que se tomará ventaja de la obra pública y la llegada de inversiones, se puede observar un mejor dinamismo en toda la zona que estuvo rezagada por años.
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“Creo que tienen un gran reto las entidades del sureste para poder avanzar un poco más a partir de la base que se dio con la obra pública, porque ya se está agotando. La inversión gubernamental ya no va a dar para que sigan creciendo en el sector de la construcción, ya van a tener que ofrecer otros servicios de mayor calidad y vinculados a las ventajas comparativas que tienen, por ejemplo, en el turismo”.